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Las cenas de empresa si se hacen bien… siempre acaban mal.
Son algo que no te puedes tomar a la ligera. La gente debe estar enterada del gran riesgo intrínseco en este tipo de eventos. Para muchos de los que forman parte de la empresa más grande del país, con más de 4.000.000 de empleados, el INEM (que no hace cenas porque no hay sitio para tantos, no por otro motivo) la cena de empresa puede que sea algo que se les haya olvidado.
Así que yo voy a refrescarte la memoria: la cena de empresa siempre es un momento de tu vida que te conviene evitar a toda costa. Estás constantemente expuesto a trampas que conllevarán nefastas consecuencias si no las superas, como el hecho de que puedes pasar de la cola de los canapés a la cola del paro en 4 cubatas.
Empecemos a analizar: Lo primero que hay que preguntarse es por qué la gente experimenta esa inexplicable necesidad de comer con sus compañeros de trabajo, de zumba, de padel o de los que compran el pan a las 7 de la mañana... Se trata de un fenómeno totalmente injustificado (que está estudiando la Universidad de Wisconsin) porque con la mayoría de compañeros ya te has comido algún que otro marrón.
Lo segundo: ¿¿¿Otro grupo de Whatsapp??? Por supuesto. Eso que no falte. El organizador del evento (que, por norma general, suele ser el friki de contabilidad que no tiene vida social y que utiliza estos acontecimientos para salir y que no volverá a salir hasta el año siguiente) informa sobre las gestiones realizadas:
Comida de empresa próximo domingo 14 de diciembre en el restaurante “El Caserón”. Esta semana os confirmo la hora. Gracias y espero que vayáis todos.
Y, siempre hay uno que pregunta: “¡Olé! Y después… nos vamos de putas ¿no?”
A lo que el administrador del grupo se ve obligado a contestar: “Pregúntaselo a tu mujer, idiota, que también está en el grupo”
Lo tercero: ¿Qué les pasa a los restaurantes cuando se enteran que se trata de una cena de empresa? ¡Pues que te plantan un menú ridículo y te cobran un precio exagerado!
Primer plato: tres croquetas (a compartir)
Segundo plato: 78 litros de sangría (por persona)
Postre a elegir: Sí; a elegir entre quedarte con hambre o con mucha hambre…
¡Hombre… que hay que cenar… que tenemos una edad!
Hay que tener mucho cuidado. Está demostrado que el 37% de las personas que asiste a estos eventos… mete la pata en algo. ¡¡¡¡37 de 100!!!!... ¿No te parecen pocos?
Un ejemplo claro: Cuando sean las dos de la mañana, NUNCA, JAMÁS le digas a alguien: “¿Te puedo decir algo que nunca te he dicho?” ¡NUNCA! Porque todo lo que venga después, va a ser malo. ¡SIEMPRE! Porque la resaca que dejan estas fiestas no es remontable.
Otra cosa súperimportante que, bajo ningún concepto harás, será ponerte la corbata en la cabeza, salvo que te hayan pillado con la de recursos humanos en el baño y la corbata se te haya subido sola junto con los huevos.
Cuatro:  La barra libre… ¿por qué se llama barra libre? ¡Si yo no he visto cosa más ocupada que esa barra! Que para pedir no necesitas armarte de paciencia, sino simplemente armarte: un hacha, sin piedad, a las espaldas, sin dudar… no intentes abrirte paso con las manos porque te vas a llevar codazos para aburrir. Lo que sí está bien puesto es lo de Primeras marcas”… que sólo pillan marca las primeras. A las dos de la mañana lo único que queda es ginebra Lyrios, o whisky Chonys… pero tú con tal de beber… Total… lo peor del alcohol por supuesto es… lo caro que está y si es gratis…
Recuerdo una cena en la que me pillé un pedo impresionante… que me acuerdo porque sólo me he emborrachado esa vez… que me podría haber olvidado siendo una ¿no? pero no; está ahí… El caso es que bebí tanto que al salir me atropelló un coche y la que se dio a la fuga fui yo.
¿Y qué pasa cuando llegas a tu casa y tratas de acostarte? Te tumbas en la cama vestida y en ese momento, tú y la cama empezáis a dar vueltas. Tú brillantemente piensas: “Esto con más peso para fijo” así que agarras la mesilla, pero tú, la cama y la mesilla seguís dando vueltas. Entonces te dices: “Voy a buscar el freno… por el suelo tiene que estar…” y sacas el pie fuera, pero no lo encuentras y tú, la cama, la mesilla y la habitación seguís dando vueltas. Entonces, de repente entra tu madre y te dice: “¡Hija, deja de agarrar cosas que está dando vueltas todo el barrio ya!”
Lo peor de la resaca es que no es justa, porque tú piensas: “¿Y esto qué es? Esto está desproporcionado con lo poco que he bebido y la pedazo resaca que tengo” ¡Qué injusto! Porque has bebido, pero te lo has pasado regular... vale… te lo has pasado fatal y ahora estás en una resaca que lo estás pasando pésimo.

Lo que de verdad suponen las cenas de empresa es una oportunidad genial para que esa gente con la que pasas todo el año no quiera verte más. Y debes aprovecharla.
Aquí va una serie de sucintos consejos que te ayudarán a perder tu trabajo, y de paso al jefe con el que no quieres cruzarte ni al ir a por café.

Paso uno, si puedes, siéntate al lado del jefe. Es importante sentarte al lado del jefe porque será la vía más rápida para conseguir tu objetivo y porque es un buen indicador de cómo van tus posibilidades. Si has llegado al momento en el que tu jefe lleva un lamparón de alcohol o peor aún, se ha arrancado a bailar… es que has perdido todas tus posibilidades.

Cosas que puedes hacer con la comida
El hostelero de turno se estará frotando las manos porque os ha colado un menú por 30 euros. Por este motivo, no debes tener ningún reparo en tirar la comida y jugar con ella. Uno de los mejores trucos que puedes hacer es, si hay langostinos, utilizar las cabezas para ponértelas en los dedos a lo Freddy Krueger.
Después, puedes levantarte y circular por detrás de las sillas de tus compañeros y rozarles la nuca con ellos.
Pero si te sirven chuletón, otra buena opción es tirar de argumentación vegana. Saca el móvil y busca una foto de un corderito. Ellos, con sentimientos de culpa dirán cosas como: “Viéndolo así me da mucha pena”, “Podrías haberte ahorrado sacar esa foto” o “Yo estoy a favor de comer solo carne de ganado que tengan más de un año de edad”, y tú cogerás el pedazo de carne y te lo meterás en la boca diciendo: “Os enseñaba la foto porque... ¡¡Si estuviera vivo estaría aún mejor!!”.
Interrumpe el discurso del jefe

Interrumpirle con frases primero suaves como para después seguir con otras ya a viva voz puede ser la forma más rápida de conseguir el despido que deseasSi la ronda de discursos sigue, destrúyelo hasta hacerle llorar.
El alcohol, toma la vía más inteligente

En esta velada todo el mundo se pone borracho, por lo que es muy posible que nadie se acuerde al día siguiente de lo que hayas hecho. Debes actuar rápido. Si tú te pones también borrach@ es posible que hasta te lo pases bien, así que descarta esa idea. Lo mejor es mantenerse sobri@ y fotografiar y hacer vídeos de todo lo que puedas. Al día siguiente te esperará una carta de despido calentita.

Ahora… si lo que quieres es sobrevivir a la cena de empresa y conservar tu trabajo, aquí tienes más consejos.

Acudir o no acudir. Aquí, aunque te den la opción, ¡NO HAY ELECCIÓN! No acudir a este tipo de eventos suele ser más comentado que acudir y meter la pata con algo nimio.

1.  Chicas: el escote y la mini-falda para el siguiente fin de semana. No es la Gala de los Oscar ni Saturday Night fever. Ponéos monas, pero sin pasarse.
2.    Chicos: Sabemos que vuestra camiseta favorita y con la que más ligáis es la de Start Trek, pero hoy no toca ponérsela
3.     Por mucho que tus compañeros te digan que van a ser puntuales: olvídate, jamás pasa. Deja 5 minutos de rigor.
4.    Llegas puntual y sólo está el pesado de Administración: habla con él, haz un poco de teambuilding, aunque sólo sea para que parezca que te interesa lo que te dice
5.     Cuando llegue alguien, ve hacia él como las balas y huye de los balances y los clips que le faltan al de Administración.
6.    Únete al núcleo de los de Marketing, normalmente son los más animados de las empresas y los que mejor se lo montan
7.     Todo el mundo va a querer sentarse contigo y tu núcleo de “los guays de la empresa
8.    Si vas a criticar al recepcionista, por favor, disimula, porque, aunque creas que tu tono de voz es el adecuado, no es así: ¡ESTÁS GRITANDO!
9.   Si se te acerca tu jefe, dedícale tu mejor sonrisa y en ningún momento le hables de trabajo porque entonces se viene arriba y te va a acosar con balances toda la noche
1    Empieza a salir comida… ¡aprovecha es gratis! Paga la empresa ¿no?
11.  Sé que es tentador, pero no aproveches el postre para decirle a tu jefe que no te iría mal un aumento de sueldo.
12.  Tampoco aproveches para ligar con el tío bueno de la empresa. (Ah… que no hay).
13.  Atención que llega la primera ronda de chupitos: no les hagas un feo y bébetelo.
14.  Atención que llega la segunda ronda de chupitos: no les hagas un feo y bébetelo.
15.  Atención que llega la tercera ronda de chupitos: ¡¡¡PARA!!!
16.  Con la primera copa en la mano llegan las confesiones y los cariños: ¡¡CONTRÓLATE!! Recuerda que no hay ningún tío bueno en tu empresa.
17.  Consejo: tanto si conduces como si no, bebe con moderación.
18.   En la discoteca: el garrafón tiene muy mala resaca, te estoy avisando.
19.  No seas recordado como la que empezó la conga o el perreo.
20.   El lunes en la oficina llegarán todos los cotilleos: reza por no ser uno de ellos.
  
Relajarse, pero no perder el control. Si se tienen en cuenta estas máximas, no hay motivo para temer a la cena de empresa. Y ahora… si alguien tiene a bien invitarme a alguna…
Y ya sabes… sea el día que sea… ¡que pases un feliz fin de semana!


Comentarios

  1. Jijiji ole..viva la fuesta, la que sea, hasta en las cenas de empresa hay que intentar disfrutar, comer, bailar...reir. Como no me he emborrachado nunca no puedo hablar de perder demasiado el control, pero perderlo lo pierdo sin alcohol yo solita...ole la fiesta y si te sale gratis ole el doble.
    Felices fiestas de empresa a quien las tenga y quien no, pues a buscarse una excusa para hacer otra fiesta como sea. Un besazo

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