Conóceme


¿Quieres conocerme?
Pues te diré que sólo soy alguien a quien le encanta vivir. Y disfrutar de la vida. Y reír cada día. Y soñar cada noche... y cada día si puedo, también. Y, como he publicado un libro ("Me llamo Asia". Impresionante. Léetelo), la gente se empeña en llamarme escritora. Es lo mismo que si, por haber ayudado a tu madre a pintar la habitación de tu hermano, te llaman "decorador de interiores". En fin...


Creo que yo nací para el arte. Pero el arte... así, en general, a grandes rasgos, porque hago un poco de todo: escribo, bailo, dibujo, actúo... pero con todo el humor necesario y sin ningún talento evidente como para que alguien me tome en serio. No. Sinceramente no creo que naciese para el arte, aunque me esfuerzo mucho. Eso es verdad.

Siempre me han gustado los libros. ¡Pero que los leo y todo! Recuerdo que las amigas de mi madre se sorprendían cuando llegaban a casa y en vez de encontrarme jugando, me veían con un libro en la mano. "Tu hija es un poco rara", le decían a mi madre, que me miraba divertida. Lo que más me gusta de leer, es la atmósfera que se crea con la lectura, donde implico mis cinco sentidos. Adoro el tacto de las hojas al pasar de página y su olor mezclado con el de un café recién hecho, mientras una suave música acaricia mis oídos. 
Ahora, que soy... un poco menos joven, he conseguido tener en mi casa una pequeña biblioteca de la que estoy muy orgullosa. Debe haber entre... tres libros y doscientos. Libro arriba, libro abajo.  Y escribir...  ¡Me encanta escribir! Sólo que la mayoría de las veces, mi mente se adelanta a mis pensamientos, mis pensamientos a mis ideas, mis ideas a mi intención, mi intención a mis manos y mis manos... acaban enredadas con la plancha.
Mi experiencia como escritora básicamente se centra en el in-door y no sólo porque quien pague mis facturas sea el gimnasio para el que trabajo, si no porque me he limitado a escribir para mí. Sí, es cierto que me he presentado a varios concursos de relatos... incluso he llegado a ganar alguno, pero... nada que no haya podido conseguir cualquier  persona con ganas de querer escribir, con una creatividad estimulada,  con ideas originales y sobre todo, con talento. Por lo demás, soy una persona normal, con una vida sencilla y grandes sueños. Vamos... como el resto de los mortales.





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